Vivir en condominio implica beneficios, pero también hay una serie de restricciones que se deben respetar para fomentar una convivencia sana.
En estos espacios se tiene acceso a una infraestructura común (piscinas, áreas verdes y zona de juegos, entre otros), que en ocasiones no se puede tener en una casa individual, y con un buen manejo del sitio la plusvalía es mayor.
Los deberes no pasan desapercibidos;como condóminos hay que respetar un reglamento y asistir a las asambleas para tomar decisiones. Aunque no siempre vaya a estar de acuerdo con alguna de las disposiciones, parte de la convivencia en estos lugares consiste en negociar, ceder y entender que en ocasiones el punto de vista individual no es el camino a seguir.
“La convivencia en condominio se debe manifestar en la responsabilidad que tengo como condómino de utilizar la propiedad sin pasarle por encima a los derechos de mis vecinos; así como, en aportar una cuota de gastos a un patrimonio común.
Luego, tengo el deber de asistir a las asambleas .
Áreas comunes
El aprovechamiento de las zonas comunes es uno de los principales atractivos de los condominios; para su uso, el reglamento establece horarios, restricciones y actividades permitidas.
Las normas son muy generales, por lo que en las asambleas se complementan los puntos. “El uso de la piscina, por ejemplo, en ocasiones solo se establece como que debe ser seguro y con precaución; en una asamblea se refuerza esa regla al indicar que los niños deben estar acompañados por adultos, por mencionar un caso”, dijo.
Diálogo necesario
No todo es armonía en un condominio,en ocasiones se dan conflictos entre vecinos o roces con el administrador del lugar.
“Hay problemas enormes con horas defiesta y cantidad de visitas, por poner dos ejemplos. Después se dan desacuerdos en cuanto a la propiedad; a veces se olvida que para variar la fachada, hacer un agregado o cambiar una ventana hay que pedir permiso. Otro problema es la ausencia en las asambleas, en ocasiones son 100 casas y llegan solo 15 personas; es imposible tomar decisiones así”.
Cuando hay desacuerdos, el administrador interviene si se afecta la calidad de vida de los demás; regularmente su función es mediar y acercar a las partes a un diálogo.
“La construcción de una solución entre las personas es más duradera. Algunos reglamentos promueven la resolución altera de conflictos. Es bueno porque a vecesun proceso judicial dura mucho y puede ser caro para resolver una situación sencilla”.
Reglamento y sanciones
El reglamento, generalmente, lo hacen los desarrolladores a partir de la visualización que tengan del proyecto. Las asambleas de condóminos sirven para plantear modificaciones.
Formas de pago, convocatorias a asambleas, reglas para uso de espacios comunes, sanciones y maneras de designar, contratar o sustituir al administrador son pilares indispensables que debe contener un reglamento.
El artículo 33 de la Ley Reguladora de la Propiedad en Condominio establece los parámetros que hay que incluir.
Como en todo, las conductas inadecuadas dentro de un condominio tienen consecuencias. La ley estipula llamadas de atención, multas económicas e, incluso, desalojo del propietario.
“Se ha permitido que las sanciones sean distintas, el artículo 15 establece un salario base como multa, pero a veces hay cosas muy graves que merecen mayor severidad o muy leves para pagar un monto tan elevado”.
Lo que debe prevalecer siempre es un debido proceso, en el que se investiguen los hechos y se le dé la oportunidad a cada una de las partes de defenderse y aportar pruebas.
Recomendamos revisar el reglamento antes de comprar en un condominio y analizar si lo que dice se adecúa a la expectativa de vida que se tiene, para evitar una mala experiencia.
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